Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando las entradas etiquetadas como Oficios

El artesano del fuego.

Eligió el camino forjado por una larga tradición familiar. Un historia de pasión por el oficio y la creatividad. Secretos de un arte que permite convertir un pedazo de metal en una pieza única, que otorga gallardía y calidez . Sobre la mesa de madera hay un manojo de hojas amarillentas, viejas, viejas del tiempo y del uso. El hombre las estudia con sus manos gruesas acostumbradas a las herramientas pesadas, pero las toca con suavidad.  Señala en ellas unos prolijos garabatos realizados hace muchos años con tinta china: son dibujos de lámparas hechos por su padre, que hoy elabora él mismo siguiendo las huellas familiares. Mantiene así una tradición que comenzó a gestarse a principios del siglo XX, en un pueblito lejano de la República Checoeslovaca. El hombre se llama Emilio Pecuch, tiene 66 años y su oficio es la herrería artística. Hoy Pecuch está al frente de un taller que funciona en la localidad de Bernal, provincia de Buenos Aires, y muchas de sus lámparas, arañas y ob

El hacedor de plata.

Uno de los más destacados plateros del país abre las puertas de su taller y cuenta detalles íntimos de su oficio. Cómo trabaja, qué siente cuando la pieza sale de sus manos, cómo es el mundo de un orfebre y porqué eligió la Platería Criolla Golpes de cincel suaves y rítmicos penetran el metal. Dejan huellas que van creando figuras signadas por la mano del artista. La obra es el pensamiento del hombre, señaló alguna vez el gran pintor Pablo Picasso, y es así como el noble metal va descubriendo lentamente rasgos del creador, de un orfebre por herencia, pasión y oficio como es Gabriel Lamamí.  Su figura, atléticos 40 años y más apariencia de rugbier que de artesano, su elocuencia y facilidad de palabra, son las primeras señales que el cronista percibe como una extraña contradicción entre el hombre y el producto de su oficio. Lamamí es consciente de ello: "la gente que conoce mis piezas y no a mí, me imagina un bohemio de unos 60 años que vive en el sur". Se sonríe de l

Un oficio al ritmo de las mareas.

Los pobladores del delta del Tigre, en particular los que viven cerca de la desembocadura del Río de la Plata, tienen una relación íntima con las mareas. Conocen sus señales, la perciben y hasta las padecen. Una repentina, imprevista, subida del agua puede desatar un caos. De esto conoce mucho Javier Altschuler, curtido habitante del delta y encargado de elaborar en forma artesanal los carteles de madera de cedro que decoran las fachadas de los locales de Cardón en todo el país. Javier vive con su mujer y cuatro hijos a orillas del río San Antonio, a tres kilómetros de la desembocadura del Río de la Plata. Sus hijos van a la escuela que funciona sobre el Río Sarmiento a cinco kilómetros de su casa, por el río. Todas las mañanas una lancha de la escuela pasa a buscar a los chicos. Cuando parten, Javier ya está trabajando en su taller, un tinglado abierto levantado con postes de palmera y chapa, a pasos de su casa y a pocos metros del río. Javier dice que vive atento a las m

Para sacarse el sombrero.

Una fábrica de sombreros centenaria. Desde afuera: paredes altas, ganadas por el tiempo y la humedad, con amplios ventanales a la usanza de la época, y una majestuosa chimenea de ladrillo que se eleva sobre el edificio. Desde adentro: casi el silencio, ni se escuchan los ecos de esas voces que se levantaban entre los ruidos de las máquinas, unidas en una línea de producción por interminables poleas y engranajes. Eran doscientos cincuenta empleados, y era una de las fábrica más importantes de sombreros de Latinoamérica, orgullo del país y de su barrio. Fundada en 1903, en el Dique Uno de Ensenada, provincia de Buenos Aires, la antigua fábrica de sombreros BIC, y su prestigiosa tradición en la confección de sombreros, comenzó a revivir el primero de enero de 2003 de la mano de Raúl Bogetti, fabricante exclusivo de sombreros y gorras de Cardón. El oficio y la pasión de Bogetti, pusieron en marcha nuevamente el trabajo artesanal, acompañado ahora al ritmo de las mismas máquinas ce